domingo, 5 de mayo de 2013

CICLO DE DAVID CRONENBERG, por Xandra


Durante dos semanas consecutivas, para la tarde de cineclub de los jueves, Raúl nos ha propuesto un ciclo sobre el director de cine —autor, productor, guionista en todas o la mayoría de sus películas— canadiense David Cronenberg.

Hemos comentado dos películas suyas correspondientes a dos momentos distintos de su carrera, algún corto, “flashes” de escenas representativas de su modo de hacer y de exponer sus temas y obsesiones en sus diferentes películas a lo largo de su trayectoria cinematográfica, y hasta algún trozo de una entrevista realizada al director para un documental. La primera de ellas fue “La mosca”, de 1986, protagonizada por Jeff Goldblum, como ejemplo de su primera etapa y de su crecimiento como cineasta película a película. La segunda fue “Spider”, de 2002, con Ralph Fiennes, como ejemplo más reciente de su filmografía. Para mí, otras películas suyas que destacan también son “Una historia de violencia”, de 2005, o “Un método peligroso”, de 2011, sobre el enfrentamiento entre Sigmund Freud y Carl Jung, ambas protagonizadas por Viggo Mortensen.

También nos ha invitado, a quien quisiese, a llevarnos DVDs a casa con otras obras suyas, para completar nuestra visión sobre el autor. Por ejemplo, yo he visto en mi casa la película “Videodrome”, de 1983, con James Woods.

Quizás pueda intentaros da una idea de la impresión que me ha quedado de David Cronenberg y de su cine. Aunque escape a etiquetas, clasificaciones y adscripciones a un género, a una temática o a una forma de hacer cine concreta, creo que se puede decir de él que es un Autor con mayúsculas, para bien o para mal, es decir, con aciertos o carencias a la hora de formular sus planteamientos y que además se puedan considerar verdadero cine; es, parece, totalmente libre al exponer sus obsesiones y lograrlas mostrar tal y como él concibe que deben mostrarse, no renuncia a que sus imágenes (con gusto por lo truculento y lo desagradable) sean vehículo de sus ideas de cómo el cine debe de ser en relación con el espectador que lo ve (da una vuelta de tuerca al cine de realismo social o político, de denuncia, de intento de despertar conciencias sobre la sociedad y el ser humano como animal autodestructivo, al cine psicológico, con tono de thriller, a la ciencia ficción y al terror; los lleva al extremo, los retuerce, no sólo para epatar, aunque también, sino para remover conciencias y mover a la reflexión). Es, como ya he dicho, más bien obsesivo y retorcido: vida y muerte bien pegadas la una a la otra, sociedad decadente, vaciada y corrompida, profundamente deshumanizada; el individuo que intenta actuar sólo, en un proceso de progresiva autodestrucción en la que la “enfermedad mental”, la “locura” de buscar una transformación del hombre, la violencia, degradan monstruosamente a la persona como si fuera un “Dorian Gray”; un mundo violento y materialista en que materia y hombre se fusionan; con un extraño erotismo en el que la mujer es un poco objeto (aunque libre e independiente)…

Me ha gustado ver este ciclo, me ha parecido muy interesante y creo que también recomendable, probablemente si no, no me hubiera acercado a ver algunas de sus obras, y aunque no es un cine de mi agrado a priori, pienso que tiene elementos en él que no están mal y que todo el mundo podría ver alguna vez alguna de sus películas más representativas, si es mínimamente cinéfilo o le gusta alguno de los géneros que he mencionado, al menos para conocer qué es lo que este director nos ha querido contar.

Posee, además, un buen pulso narrativo que nos lleva sin problemas hasta el final de sus películas, aunque sólo sea por la curiosidad de ver adónde va a parar todo aquello, y un buen sentido del ritmo y del lenguaje en imágenes, transmite de una forma clara y expresiva apoyándose en buenos actores que dar bien el perfil de atormentados o vulnerables y con cierto misterio (con un pasado). Personalmente, le agradezco que no duren sus películas más allá de la hora y media, pues sería alargar demasiado la tensión, porque además le da tiempo sobrado de desgranar el contenido, hacerlo evolucionar y no sería necesario rematarlo más allá de esa hora y media, perdería interés.

A los osados les diría: ¡que lo disfrutéis!

Spider (Ralph Fiennes), el personaje que da título a la película, teje con cordeles telas de araña, que son a su vez un reflejo, una metáfora, de cómo funciona su mente.

1 comentario:

  1. Tu aportación es muy valiosa, Xandra. Muchas gracias por mostrar tanto interés por el ciclo :)

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