Para mí ha sido de mucha
ayuda el participar en esta actividad medioambiental, sobre todo con respecto a
las relaciones sociales. Me ha ayudado a ser una persona más abierta, más
natural y menos nerviosa. Por casi primera vez en mi vida pude llegar a
sentirme bien estando con gente.
La verdad es que no estoy
del todo segura de cuáles son exactamente las cualidades que hacen tan efectiva
esta actividad para mí, pero intentaré enumerarlas.
En primer lugar, creo que
la mayoría aquí tenemos algo en común: algún problema psicológico que nos llevó
a esta asociación. Eso hace difícil, en mi opinión, que alguien se sienta raro,
el loco del lugar. Y también hace que cada persona sea interesantemente
diferente y que se me haga más atractiva la idea de relacionarme.
Además, los no usuarios
suelen ser muy amables y considerados, supongo que concienciados de que lo suyo
no es un trabajo cualquiera. Otra de las cosas positivas que veo en esto está
en el hecho de que se trata de una actividad solidaria. Una siente que hace
algo bueno por el mundo, que sirve para algo. Me gusta pensar que estoy
haciendo algo por esa gente poco aceptada por la sociedad, que fue olvidada en
el cementerio de un hospital psiquiátrico, cada persona con su historia. Aunque
todas con algo en común conmigo.
Siguiendo con las
ventajas de que sea una actividad voluntaria, hay que mencionar la falta de
tensiones entre compañeros que habría en lugares como mi instituto, donde toda
la gente va más o menos obligada. Otra causa de este ambiente tranquilo tal vez
sea que el estar concentrados en el trabajo nos impide prestar atención a los
problemas que pueda haber alrededor, o también la cooperación, el hecho de que
todos nos ayudamos, lo cual nos acerca más que una simple conversación.
Por último, al venir
aquí, hago mucho ejercicio, lo cual no solo es sano para el cuerpo, sino
también para la mente, tomo el aire y
veo bosque. Aprendí a hacer actividades de campo, cosa de la que antes no tenía
ni idea; a no llegar tarde y a soportar la lluvia. A veces encontramos huesos,
y eso es muy emocionante para mí. Pensar quién sería. Es como tener en las
manos una reliquia.
En resumen: estoy muy
contenta de poder participar en esta actividad. Este trabajito llegó a ser, en
su momento, la principal actividad que coloreaba cada semana de insoportables
jornadas de estudio y clases en el instituto. Hoy sigue significando un buen
respiro de mi rutina diaria.
Muy auténtico y sincero tu artículo, Melisa. Es muy tú, y por lo tanto es genial :)
ResponderEliminarY tus fotos también son geniales :)
ResponderEliminarMelisa, me ha encantado leerte. Qué bien escribes, chica!! Como dice Raúl, eres AUTÉNTICA.
ResponderEliminarMuchos besos y un gran abrazo.
Muchas gracias a los dos :D (soy Melisa)
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